Quiero dejar constancia de mi experiencia en esta ocasión, ya que he salido bastante descontenta. No solo por el resultado del tratamiento y cómo ha quedado mi pelo, sino también por el trato recibido y ciertos comentarios que me han dolido profundamente.
Llevo varios años acudiendo a vuestra peluquería con confianza, y me sorprende que se insinúe que el estado actual de mi cabello —que ha empeorado en los últimos dos meses— se deba a un mal cuidado por mi parte en casa. Me parece injusto, especialmente considerando que el tratamiento de color lo realizo mensualmente con vosotros.
Aprecio el trabajo que habéis hecho durante todo este tiempo, pero esta vez me he sentido poco valorada como clienta. Espero que este comentario sirva para reflexionar sobre la importancia de cuidar no solo el resultado, sino también el trato humano.