Las manos de Mikeldi son pura magia. Le conocí hace muchísimos años en Madrid, cuando yo pasaba por un problema grave de salud y de repente él hizo magia. Desde entonces, y aunque sigo viviendo en Madrid, no dudo en coger el tren y en dos horitas estoy en Alicante. Sé que es un acierto 100X100. Si tengo un acto importante, si estoy triste, si necesito subir la autoestima, Mikeldi es un mago, además de una persona excelente. Ah, el ambiente es excelente, el equipo ha creado una atmósfera de buenas vibras que te impregna nada más cruzar la puerta.