¿La teoría? El masaje ayurvédico o “abhyanga”, que tiene su origen en la India, es un terapia que ayuda a reequilibrar tu cuerpo, aliviando el estrés y recargando tu cuerpo de energía positiva.
¿La práctica? Según empieces a hacerte este masaje, notarás cómo los beneficios de la filosofía oriental se adueñan de tu cuerpo, relajándolo por completo, desvaneciendo cualquier rastro de tensión que pudieras tener. Para salir como nuevo, con un completo bienestar interior y una paz absoluta. Suena mejor que la teoría, ¿verdad? ¡Descubre todas las cualidades de este tratamiento!
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1 Restablece tu equilibrio interior
El ayurveda se basa en la filosofía de que el cuerpo se apoya en tres pilares fundamentales: vata (agua y tierra), pitta (agua y fuego) y kapha (aire y espacio). Según este pensamiento, el equilibrio entre ellos es la clave del bienestar y, para alcanzarlo, se practican masajes con aceites esenciales.
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2 Te recarga de energía positiva
El desequilibrio de tus tres pilares puede provocar que no te encuentres tan bien como te gustaría, pero el masaje ayurvédico es capaz de aliviar esos síntomas partiendo de la base de que el contacto físico contribuye al bienestar. Tras una semana difícil y estresante, por ejemplo, es el momento ideal para darte un masaje terapéutico que te ayude relajarte.
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3 Puede reducir el dolor crónico
Además, el masaje ayurvédico puede ayudar a aliviar el dolor de epalda. Se centra en los puntos con más contracturas y libera toda esa tensión para que el cuerpo se quede totalmente relajado. Así, reduce el cansancio y le da la energía que necesita para estar otra vez al 100%.