Ojo al dato: el 93 % de los clientes potenciales consulta las reseñas antes de decidirse a reservar. La buena noticia es que, si ya tienes una clientela fiel, será pan comido conseguir unos cuantos comentarios positivos. Pídeles a tus mejores clientes que compartan su opinión, y que sea tan deslumbrante como su cutis después de un tratamiento facial.

Que te etiqueten en una historia de Instagram y te pongan por las nubes es todo un subidón. Cuando registras en Treatwell tu negocio, le pedimos a cada cliente que te visita que deje una reseña. Por eso, estas reseñas solo pueden proceder de personas reales que han estado en tu salón, lo que le dará mayor visibilidad. Es la publicidad de toda la vida, pero gratis. Nuestro precio favorito.

Está comprobado: las reseñas positivas pueden aumentar el saldo de tu cuenta bancaria. Incluso si tus precios son más altos que los de otros salones de la zona, unas recomendaciones excelentes los justifican. De este modo, captarás clientes que realmente estén dispuestos a pagar más. Esperarán tarifas más altas por un servicio de primera.

Tu cliente te dice que habéis hecho un gran trabajo. Tú también lo sabes. Pero es mucho mejor cuando lo ves por escrito. Las reseñas positivas animan más que los tres cafés que te tomas por las mañanas. Levantan la moral en el salón y tu equipo se esfuerza más, por lo que los clientes estarán más felices. Y esta fórmula (sí, lo has adivinado), resultará en más reseñas positivas. Es un círculo vicioso… perdón, precioso.

"¿Y qué pasa con las reseñas negativas?" (Nos preguntas en voz baja). Pues que son inevitables y que ningún salón se salva. Los clientes no siempre son encantadores. También puede que haya errores por tu parte, porque todos somos humanos. Si recibes una reseña negativa, piensa que no hay mal que por bien no venga: te servirá para aprender y mejorar para la próxima vez. Respira hondo y responde con amabilidad y diplomacia. ¿A que no es tan difícil?