
Mucha gente piensa que el agua caliente es mejor para matar a los gérmenes que el agua fría, pero a menos que esté hirviendo, esto no sería realmente cierto. ¿Entonces qué sucede con el agua caliente? Altera el equilibrio de la piel y la reseca más. Siempre y cuando se lave adecuadamente (durante 20 segundos, con jabón), el agua fría es igual de buena y mucho más agradable para las manos.