Aunque por fuera se parezcan, las mechas balayage y las californianas no son iguales. A la hora de hacértelas, tienes que saber que tanto la técnica como el acabado final es diferente. Por eso, antes de lanzarte a por unas u otras, te vamos a enseñar en qué consiste cada una.
Y es que cada estilo tiene sus truquillos… Te desvelamos sus secretos para que tú solo tengas que decidir cuál es la que más te gusta y va contigo. ¿Preparada?
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1 ¿Bien marcadas o más discretas?
Con las mechas californianas, el color de tu pelo se degrada de la raíz a las puntas. El balayage, en cambio, arrastra el color (como su propio nombre indica en francés), haciendo que tu pelo lo muestre de forma más gradual y menos marcada. Además, como las mechas están realizadas con pincel, con el balayage se te notarán (y durarán) menos.
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2 California dreaming
Las mechas californianas vuelven pisando fuerte, pero más contrastadas y solo de medios a puntas. Un buen ejemplo es Dulceida, que está arrasando en Instagram con ellas. El pelo se va aclarando a medida que llega a las puntas, con la raíz mucho más oscura. Unas mechas recuerdan al efecto que deja el sol sobre el pelo en verano. Así que ya sabes, si la montaña no viene a Mahoma…
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3 Guapa hasta recién levantada
Cualquier peinado ganará mil puntos con ambos tipos de mechas: recogido, semirrecogido, moño, con mechones sueltos… ¡Vas a estar estupenda hasta en pijama! Además, como las mechas californianas salen desde la raíz, suavizarán las facciones de tu cara, ¡y la llenarán de luminosidad!
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4 Un mundo de posibilidades
¿Te aburre tu pelo natural? Con las mechas hasta puedes jugar con la forma de la cara para potenciar tu look al máximo. Déjate aconsejar por tu profesional de confianza, resalta los pómulos a base de juegos de luces y transpórtate a las playas más soleadas sin moverte del sofá. ¡Larga vida a las mechas rubias!