
Son las 16h de un domingo cualquiera, y mientras te despides del fin de semana te invade el miedo del fin del fin de semana – valga la redundancia -. Y es que es ese momento en el que empiezas a recordar lo que dejaste pendiente el viernes a última hora e incluso empieza la tentación de abrir el correo electrónico. ¡Alto ahí! El fin de semana no termina hasta que no suena la (maldita) alarma de los lunes por la mañana, así que¡intenta alargarlo lo más que puedas! ¿Qué tal un masaje, un baño relajante o una sesión de cine? Cuanto más disfrutes del domingo, mejor será el lunes. Palabrita.