¿Te parece si te contamos su historia? La reflexología se basa en la terapia de manos y pies de la antigua China y Egipto, y se remonta al año 4000 a.c. En el siglo XX, Eunice Ingham, un famoso fisioterapeuta, creó una serie de técnicas de reflexología que ayudaron a miles de personas.
¿QUÉ ESPERAR?
Hoy en día, la reflexología es un método eficaz para mejorar el bienestar físico y mental. Cada sesión suele durar menos de una hora y el proceso es muy sencillo.
Ya sea en un acogedor salón de belleza o en un spa, comenzarás el tratamiento rellenando un breve formulario. Para sacar el mayor provecho posible de la experiencia, asegúrate de anotar las zonas problemáticas y los dolores y molestias que hayas experimentado recientemente.
Luego, pasarás a una sala privada donde te espera una camilla de tratamiento o una silla reclinable. Quítate los zapatos y prepárate para recibir el tratamiento de reflexología.
El propósito inicial es encontrar cualquier indicio de desequilibrio. Tu terapeuta aplicará una suave presión con el pulgar en puntos específicos de los pies. Los reflexólogos creen que hay ciertos puntos en las plantas de los pies que están conectados a los órganos, las glándulas y los canales energéticos del cuerpo. Suena fascinante, ¿verdad?
Los reflexólogos creen que hay ciertos puntos en las plantas de los pies que están conectados a los órganos, las glándulas y los canales energéticos del cuerpo.
BUENO A SABER
Al aplicar energía curativa en zonas específicas de los pies, conocidas como reflejos, la reflexología envía señales a través del cuerpo que, a su vez, liberan sustancias químicas positivas, como las endorfinas. ¿El resultado? Una reducción del dolor y el estrés. También se dice que el tratamiento reduce las toxinas y aumenta el riego sanguíneo, aliviando la tensión y la inflamación.
Y teniendo en cuenta que cada pie tiene miles de terminaciones nerviosas, ¡saber exactamente qué punto presionar es una auténtica proeza! Los terapeutas utilizan mapas de reflexología que les permiten comprobar qué partes específicas del pie están relacionadas con las distintas zonas del sistema nervioso. Los dedos del pie, por ejemplo, se corresponden directamente con la cabeza, mientras que la zona lumbar y los intestinos están relacionados con el talón. Es por esto que el objetivo principal del tratamiento es relajar no solo los pies, sino también el cuerpo entero, de la cabeza a los pies.
¿ES PARA MÍ?
Si te da un poco de reparo que te toquen los pies, no debes preocuparte. El tratamiento se puede aplicar en las manos si lo prefieres. La reflexología puede ayudar a aliviar dolencias como la artritis, los dolores de cabeza, las migrañas, el síndrome premenstrual e incluso los problemas de fertilidad. Además, tú eliges el número de sesiones que quieres tener. Muchas personas se sienten mejor y con más energía después de unas pocas sesiones.
Por lo tanto, si tienes dolores, estás estresado o simplemente te sientes agotado, prueba con la reflexología.